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RADICALES LIBRES Y ANTIOXIDANTES EN COSMÉTICA
Como se suele decir, todo en su justa medida no hace daño. ¿Qué quiere decir esto si hablamos de radicales libres y antioxidantes?
Antes necesitamos aclarar quién es quien, qué hace cada uno y su origen.
RADICALES LIBRES
Son unas moléculas a las que les falta parte de su estructura y esto hace que sean inestables. Para buscar esa estabilidad necesitan completar su estructura, es decir necesitan ese electrón que les falta y lo obtienen de cualquier molécula, sin importarles de dónde venga. Poniendo un ejemplo muy dispar para entenderlo mejor, es como si tenemos una mesa con una de las patas más corta y para estabilizarla le ponemos un tope, dando igual si es un papel doblado, un plástico o un corcho.
Los radicales libres, que se han ganado muy mala fama, en su justa medida son esenciales para la vida, pues sin ellos no podríamos obtener energía del aire que respiramos o de los alimentos que comemos. El problema se origina cuando estos radicales libres se producen en exceso y nuestro sistema antioxidante no da abasto para bloquear y neutralizar a todos ellos, causando daños a nuestras células, proteínas y ADN. Esto es lo que se conoce como estrés oxidativo, los agentes oxidantes (radicales libres) están en mayor cantidad que los antioxidantes y hay mucho daño celular. En la piel son los responsables del envejecimiento prematuro.
Estas moléculas oxidantes se crean por procesos internos del organismo (metabolismo, ejercicio aeróbico intenso), pero principalmente por agentes externos (tabaco, alcohol, radiación solar, contaminación, etc.).
ANTIOXIDANTES
Se hicieron bien conocidos en la década de los 90 cuando los investigadores descubrieron que eran de vital importancia para evitar el desarrollo de enfermedades como el cáncer, arterioesclerosis y otras enfermedades crónicas.
Son moléculas con una función clara: estabilizar moléculas que pueden generar daños sin desestabilizarse ellas mismas. De esta forma evitan que los radicales libres generen daño celular. Nuestro organismo ha desarrollado su propio sistema antioxidante, sin embargo, en ocasiones es imposible hacer frente al ataque masivo de radicales libres que llegan.
Su mecanismo de acción varía de unos a otros, actúan como secuestrantes de radicales libres, donantes de hidrógeno, donantes de electrones, inhibidores de enzimas o quelantes de metales, entre otros.
Independientemente de cómo actúen, lo que está claro son las propiedades favorables de los antioxidantes en todos los órganos del cuerpo. Los efectos positivos que se reflejan en la piel son:
- Retrasar la aparición de los signos del envejecimiento (líneas de expresión y arrugas, flacidez, elasticidad, manchas)
- Mejorar la función barrera de la piel para una mejor hidratación y elasticidad
- Tienen capacidad antiinflamatoria, lo que ayuda a mantener la piel relajada
- Protección celular frente al daño de radicales libres de origen externo
- Favorecer un buen funcionamiento celular para estimular la síntesis de colágeno y renovación celular óptima
De ahí la importancia de obtenerlos a través de la dieta y productos cosméticos que utilizamos. Los más conocidos son los betacarotenos, resveratrol, licopeno, Vitamina C y vitamina E. También algunos metales como el selenio, cobre, zinc y magnesio juegan un papel importante ya que forman parte de la estructura molecular de nuestros propios sistemas antioxidantes.
El equilibrio entre radicales libres y antioxidantes es imprescindible para el buen funcionamiento fisiológico.
Por eso siempre es un buen momento para introducir los antioxidantes a tu rutina cosmética, te van a ayudar a mejorar de manera global el aspecto de la piel y retrasar la aparición de los signos del envejecimiento.
Solo necesitamos saber cuál es el que mejor se adapta a tu tipo de piel y necesidades, ya que no todos son igual.
Ponte en contacto con nosotras y te ayudaremos a encontrar el antioxidante perfecto.