A qué edad debería empezar a usar una crema antiarrugas

¿A QUÉ EDAD DEBERÍA DE EMPEZAR A USAR UNA CREMA ANTIARRUGAS?

por Lucía Figueroa- Farmaceútica
¿A QUÉ EDAD DEBERÍA DE EMPEZAR A USAR UNA CREMA ANTIARRUGAS?

“La madurez es aquella edad en la que uno ya no se deja engañar por sí mismo”

                                                                                                                 Ralph W. Emerson

 

Es cierto que no todo es color de rosa cuando somos muy jóvenes, ya que en muchos casos el acné se convierte en la pesadilla de muchos adolescentes, pero cuando desaparece y durante varios años es suficiente con mantener la piel limpia e hidratada para que se vea sana. Cuidar la piel desde que somos jóvenes es importante para retrasar el posterior envejecimiento

A partir de los 25 años (sí, 25…) nuestro cutis empieza a perder los rasgos característicos de la juventud: luminosidad, tersura, firmeza y ausencia de líneas de expresión y arrugas. Afortunadamente, este es un proceso lento y todavía nos queda mucho por delante para lucir una piel juvenil, si nuestro estilo de vida es saludable y cuidamos nuestra piel con una rutina facial diaria adecuada (y si nuestros padres tenían una buena piel, mejor que mejor).

Los primeros signos del envejecimiento aparecen generalmente en el contorno de los ojos, en forma de pequeñas líneas de expresión, por lo que a partir de esta edad no está de más incorporar un contorno de ojos hidratante como tercer producto de la rutina facial, además de la limpieza y la crema hidratante. Al cruzar la línea de los 30 y si te gusta cuidarte, puedes empezar a utilizar una crema que combata las pequeñas líneas que empiezan a instalarse lentamente en el rostro y un sérum para aumentar la luminosidad.

Cuando cumplimos los 35 empezamos a ser conscientes de que nuestro rostro ha cambiado. Que haya cambiado no significa que hayamos perdido el atractivo. Por supuesto que no. De hecho a esta edad deberíamos de estar más atractivas y atractivos que antes, si nos sentimos mejor por dentro, nos conocemos más y estamos más en paz con las persona que somos. Porque si estamos más felices ganaremos en belleza, aunque ya no seamos tan jóvenes.

Pero aunque nos siente bien la madurez, nos gustaría corregir las arrugas que empezamos detectar cada vez que nos miramos en el espejo y tener una piel más lisa y vital. Para ello en esta etapa de la vida es muy recomendable empezar a usar una crema antiarrugas día y noche, con ingredientes que prevengan el envejecimiento, como la vitamina C, la vitamina E, la rosa mosqueta o el ácido hialurónico, y convertir al sérum en un básico del ritual de belleza, antes de la crema. Usar un exfoliante o una mascarilla al menos una vez por semana ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel y acelera su renovación.

Al superar los 45 los signos del envejecimiento son ya más evidentes. Además de que las arrugas ya son verdaderas arrugas (y no solo líneas de expresión), empezamos a notar que nuestro cutis va perdiendo firmeza y en muchos casos la piel se deshidrata por lo que se siente tirante y poco confortable. Las cremas, y en general los cosméticos con alfa-hidroxiácidos como el ácido glicólico son muy efectivas para combatir el paso del tiempo en nuestro rostro. También es un buen momento para iniciarse en la vitamina A (quienes no lo hayan hecho ya) y sus derivados, tomando la precaución de aplicarse un protector solar después, al igual que sucede con los alfa-hidroxiácidos.

Después de los 55 las manchas que seguramente hayan empezado a aparecer antes son más evidentes. Otro de los signos más clásicos del envejecimiento a estas edades es el descolgamiento del cuello y la falta de firmeza en general. Como es lógico, estos signos van estando cada vez más presentes a medida que siguen pasando los años. Se recomienda usar un crema hidratante y reafirmante de día y combinarla con una crema de noche que aporte más principios activos antiaging y combata las manchas durante el sueño.

Por supuesto estas edades son orientativas. Cada persona tiene una piel única, por lo que cada piel envejece de diferente manera.

Y para terminar, dos consejos:

1. Tengas la edad que tengas protégete siempre del sol. Aunque la luz solar es fundamental para nuestra salud, su exceso hace estragos. Puede que cuando seas joven no lo tengas en cuenta, pero es importante que prevengas los efectos dañinos que a la larga podrían afectar a tu piel y envejecerla prematuramente.

2. No te obsesiones con los años. Una cosa es cuidase y otra es negar que el tiempo pasa y que es un proceso natural. Si desde dentro te cuidas y buscas tu felicidad, cada día que pase te verás mejor. Nunca pienses que estás envejeciendo… sino que estas madurando.

Lucía Figueroa

Farmacéutica

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