¿CUÁL ES MI TIPO DE PIEL?
¿Mixta, o tal vez seca? ¿Normal, con impurezas, o quizá sensible?
A todos nos surge la misma pregunta en algún punto de nuestra vida. Los cambios de temperatura, las prisas del día a día, nuestro estado anímico, la dieta que sigamos y hasta las horas que dormimos influyen en nuestra piel. Todos estos factores la alteran creando necesidades puntuales que nos confunden y preocupan. En Skinfinity te lo ponemos fácil: con este sencillo manual encontrarás la información que necesitas para saber cuál es tu tipo de piel.
1. La piel normal es aquella que se presenta sin brillos, de color rosado, tacto suave, lisa, elástica, sin arrugas y poros pequeños y cerrados. Su nivel de hidratación es el más equilibrado de todos, al no presentar carencia ni sobreproducción de sebo; de ahí que no presente brillos o aspecto cuarteado . Generalmente, es la que mejor resiste a los cambios bruscos de temperatura y al uso de jabones sin apenas alterarse.
2. Por su parte, la piel sensible se caracteriza por ser una piel frágil que al no poder retener tanta agua como la piel normal, mixta o grasa, reacciona de forma brusca a los factores ambientales, determinados ingredientes cosméticos (perfumes, alcoholes, aceites esenciales, etc) y medicamentos. Ente los síntomas más comunes, encontramos: enrojecimiento, picor, ardor, descamación y acné. Algunos estados patológicos como la hipertensión y la diabetes son otro de sus agravantes.
3. La piel grasa se muestra con aspecto brillante y oleoso en todo el rostro debido al exceso de sebo. En función de su comportamiento se distinguen varios tipos:
- La seborreica, con poros abiertos, espinillas y aspecto brilloso suele ser más gruesa de lo habitual (las arrugas tardan más en formarse) y no presenta rojeces ni descamación debido a su tacto húmedo y óptimos niveles de hidratación.
- La deshidratada, con poros abiertos, rostro opaco -aunque brillante- y tacto áspero. Se enrojece con facilidad (especialmente reactiva a los cambios de temperatura), presenta episodios de descamación y no tolera bien los jabones.
- La asfíctica, concepto que explica la asfixia de la piel con el uso de cosméticos inadecuados que, en ocasiones, derivan en lo que llamamos “acné cosmético” y/o dermatitis irritativa. Suele presentar brillos por todo el rostro, poros abiertos, piel gruesa y descamaciones puntuales en nariz y barbilla.
4. Piel seca: Su limitada capacidad de retención de agua en la superficie del cutis le confiere un aspecto deshidratado, con descamaciones y enrojecimiento puntuales, tirantez, poca elasticidad, rostro mate y opaco, piel fina y tacto rugoso. Podemos encontrarnos 2 tipos de piel seca:
- Deshidratada: al retener una escasa porción de agua en la capa córnea es una piel muy fina, de tacto rugoso, mate y sin brillo. Suele irritarse con facilidad, tiene tendencia a la descamación y, por ende, a la formación de arrugas. Habitualmente, es una piel sensible que tolera mal el uso de jabones.
- Alípica: es una piel que acusa la falta de lípidos esenciales para el correcto mantenimiento del cutis. Por esta razón, al igual que la deshidratada, tiene tacto rugoso y presenta un aspecto mate y apagado, es poco elástica y tiene tendencia a la descamación y a la formación de arrugas.
5. Y por último, la piel mixta es de las más sencillas de indentificar. Se distingue por la mezcla de zonas secas y grasas. Mientras la famosa zona T (frente, nariz y barbilla) presenta brillos a lo largo del día, el área de las mejillas suele estar deshidratada (zona de piel seca) o presentando las características de una piel normal.
Esperamos que este pequeño manual os ayude a identificar vuestro tipo de piel. Si tienes cualquier duda, pregunta o comentario, no esperés más y, ponte en contacto con nuestros especialistas.